• El niño muestra conductas difíciles: no obedece, se levanta muy a menudo, es vago para las tareas monótonas y repetitivas (hace bien las difíciles) o acaba siendo “el payaso de la clase”.
• No entabla amistades o sólo lo hace con niños más mayores que él y/o se refugia en el profesor.
• Empieza el colegio con mucha ilusión, pero pierde la motivación a las pocas semanas.
• Demuestra un talento especial (dibuja muy bien, sabe contar cuentos, realiza construcciones complicadas, etc.).
• El niño juega de forma distinta a la de otros niños: le encanta inventar nuevos juegos y pide información sobre letras y números. También le gusta ser el ayudante del profesor.
martes, 11 de marzo de 2008
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